Los amantes de las ostras pueden dejarse tentar por las de Gruissan y Leucate porque sus sabores yodados y perfumados cuentan con una legión de fans.
Criada frente a las playas de Narbona, la ostra de Gruissan presenta una carne firme de sabor sutil que se puede disfrutar con un vino de Gruissan o un Chardonnay bien frío. Se cría en un agua de calidad directamente extraída del mar, y cuenta con diversas especies no lechosas, como la Casanova, la Saint Martin o la Flor de Sal. Cada año se producen alredor de 150 toneladas de ostras de Gruissan.
Por su parte, la ostra de Leucate se cría cerca de Perpiñán desde 1963. Cada año se producen entre 600 y 800 toneladas de esta ostra, y el 80 % de las ventas se realizan directamente en Leucate. Este marisco de carne firme y fina también es conocido por el nombre de Cap Leucate, marca colectiva escogida por los productores del país. A los amantes de las ostras les encanta su delicioso sabor a avellana.