Coeur-de-la-Vallée

El pueblo tuvo su benefactor: el vizconde Guyot de Chenizot, contemporáneo de la Revolución Francesa, poseía un terreno y un castillo, y le gustaba vivir allí entre dos viajes a París, donde ocupó alto cargo. Sorprendido por la Revolución de 1789, debió su supervivencia a los habitantes del pueblo que lo vistieron de campesino y lo protegieron en su huida al exterior. A su regreso, en agradecimiento, el vizconde Guyot de Chenizot hizo muchas donaciones de tierras, y fundó un hospicio, una pequeña escuela y muchos otros beneficios. El castillo fue destruido por los bombardeos de la Primera Guerra Mundial (1914/1918), pero todavía existe una torre que se puede ver desde la plaza de la iglesia.

En un lateral de la iglesia se encuentra el sepulcro del Vizconde Benefactor, erigido por los vecinos en señal de reconocimiento y agradecimiento. En el interior de la iglesia también se ha colocado una placa recordando sus bondades.

Una hielera del siglo XVIII o XIX duerme al final de... ¡la rue de la Glacière! Constituido por un túmulo de tierra, un pasillo oscuro conduce a un agujero gigantesco, lo que alimentó en gran medida los temores de los niños del pueblo... Se cree que alguna vez se usó para almacenar bloques de hielo, traídos en carros, en un momento los frigoríficos no existían. El pasillo ahora está tapiado.

Gastronomía: Champán.

Mercado rural todos los miércoles por la mañana de 7 a 12:30 h.

Imperdible: ¡la Ruta Turística de la Champaña! Serpentea a lo largo del Marne y atraviesa viñedos y bonitos pueblos. Una escala en Hautvillers, cuna de la Champaña, donde el monje Dom Pérignon, contemporáneo del rey Luis XIV, descubrió la espuma de la Champaña. Otra parada en Châtillon-sur-Marne, donde la imponente estatua del Papa Urbano II, natural del pueblo, bendice el valle con el brazo en alto. De hecho, bendijo la primera cruzada en 1095. La curiosidad es que la estatua es hueca, y que una escalera de caracol situada en el interior del cuerpo, conduce a una pequeña ventana bajo el brazo del Papa: desde allí, muy bonito panorama sobre el ¡campo que lo rodea!

Iglesias románicas y góticas muy bonitas repartidas por los pueblos.

En Épernay, a 12 km, es muy popular la visita a las bodegas de champán, excavadas en la tiza.