La finca, construida sobre el antiguo pueblo de Trianon y situada a dos pasos del palacio de Versailles, se divide en tres partes: el Gran Trianon, el Pequeño Trianon y la Aldea de la Reina (estas dos últimas formaban parte de la finca de María Antonieta).
Construido por Jules Hardouin-Mansart en 1687 por orden de Luis XIV, el Gran Trianón pretendía ofrecer más intimidad al soberano para alejarse de agitación de la corte... y proteger a sus amantes. Quedará deslumbrado por este magnífico palacio de mármol rosa que se inspira en la arquitectura italiana, rodeado por un patio y unos espléndidos jardines realzados por una logia central. El mobiliario principal data del Primer Imperio, y da testimonio de las numerosas estancias de Napoleón en este prestigioso lugar, que posteriormente acogió a los presidentes de la República.
Por su parte, el Pequeño Trianón es una joya de la arquitectura neoclásica, obra del arquitecto Ange-Jacques Gabriel. Madame de Pompadour, favorita de Luis XV, fue la impulsora de este proyecto, pero falleció antes de su conclusión, en 1768. Finalmente, fue inaugurado por Madame du Barry. En la memoria colectiva, este sitio destacado está íntimamente ligado a María Antonieta, ya que Luis XVI le regaló la finca en 1774. Cada fachada de esta pequeña obra maestra ubicada entre jardines está orientada a cuatro planos diferentes: el Jardín francés con su precioso pabellón, el patio, el Jardín de flores y el Jardín botánico. El lugar, completamente dedicado a la naturaleza, refleja el apego del rey por la botánica. El interior del palacio se distingue por un estilo más sencillo y más moderno que el resto de la finca, y en él podrá contemplar refinadas esculturas.
La Aldea de la Reina, encargada por esta a su arquitecto Richard Mique, fue acondicionada entre 1783 y 1786. A lo largo de un estanque artificial, que aporta un toque bucólico a este conjunto armonioso, se alzan diversos edificios. Molino, casa de la Reina, lechería, granja... disfrute de este maravilloso cuadro campestre, realzado por algunos animales de la granja. En cuanto al teatro, inaugurado en 1780, servía de escenario a espectáculos organizados por la reina, a la que también le gustaba actuar ante su público.
La visita, relajante y calmante, le sumergirá en la vida trepidante de los reyes de Francia.
