Tarare, con sus 10.865 habitantes y sus 1.399 hectáreas, es una ciudad, capital del cantón en el distrito de Villefranche-sur-Saône, al oeste del departamento de Rhône y limítrofe con el del Loira. En el encuentro de Beaujolais verde y Beaujolais rojo, es equidistante de Lyon y Roanne (45 km).
Edificada en los valles de los ríos Turdine y Taret, la ciudad va ganando terreno a las colinas que la rodean. Hoy ciudad estructuradora del territorio, Tarare es un lugar de encuentro de comercios, servicios y equipamientos. En las zonas rurales, los residentes buscan equipamientos, comercios y servicios en su capital cantonal, cuyo atractivo se potencia así.
La ciudad fue creada a principios del siglo XII, como Priorato de Tarare por la Abadía de Savigny. Allí sólo vivían entonces tejedores, zapateros o curtidores, pero también algunos pequeños comerciantes o posaderos.
La historia de la ciudad está ligada a la de su industria textil (muselina, velo...). Tarare debe su desarrollo y fama internacional a sus habitantes, su posición en las vías de comunicación y el agua de sus ríos. Brotando de las montañas de granito, el agua dulce se usa para blanquear y teñir. Ya en el siglo XVIII, George Antoine Simonet introdujo la fabricación de la muselina, un tejido de algodón fino y ligero. Le siguieron otros innovadores que desarrollaron materiales y procesos para tejer y ennoblecer fibras naturales, luego artificiales y finalmente sintéticas. En los siglos XIX y XX, una industria textil, con los tejidos finos como denominador común, giraba en torno al término Tarare: "ciudad de la muselina", "capital del velo", "capital del telón".
Eventos deportivos, culturales y festivos marcan la vida tarariana, como el festival Mousselines, el festival gourmet Beaujolais.