Capital administrativa y religiosa de Vivarais, la villa de Viviers, en la orilla derecha del Ródano, en Ardèche meridional, conserva de su glorioso pasado un rico patrimonio, con un gran número de monumentos declarados. Un itinerario de descubrimiento patrimonial le invita a conocer sus tesoros arquitectónicos: el ayuntamiento, instalado en el antiguo palacio episcopal; el palacio de Roqueplane del siglo XVIII, sede actual del obispado; la catedral de San Vicente, de estilo románico, gótico flamígero y siglo XVIII, con su coro adornado con tapices de los Gobelinos y su altar mayor de mármol; la casa de los Caballeros (siglo XVI), con su magnífica fachada renacentista adornada de bustos de medallones; la Grande Rue, con los elegantes palacetes de Beaulieu y de Tourville (ambos del siglo XVIII)...
Un paseo por la ciudad alta también permite disfrutar de unas buenas vistas, sobre todo desde el mirador de Châteauvieux, que ofrece una magnífica panorámica de los tejados de la villa y el valle del Ródano.