El Bastide Isnard es único en su entorno, compuesto por un olivar centenario, fuentes naturales (restos ancestrales) y plantado con flores (rosa, jazmín, lavanda...) que han sido la riqueza de la perfumería desde el siglo XVIII. Este lugar le permite descubrir el patrimonio excepcional de Grasse, capital mundial de los perfumes.
Esta propiedad ahora está habitada por los perfumistas Isnard, Grasse y la familia emblemática de la ciudad durante más de mil años.