Caudrot es una ciudad del sur de Gironda, situada entre Langon y La Réole, a 50 km de Burdeos.
Habitada por 1.200 habitantes, es fuerte en sus numerosos comercios (Panadería, Farmacia, Supermercado, Correos, Peluquería, Prensa, Pizzería...) y los espacios naturales que la rodean, articulados por el Garona y las colinas de los viñedos. También alberga en su territorio 3 viñedos de calidad (Château Majoureau, Château Larquey, Château Gayon) y un reconocido productor de foie gras (Autrefoie).
Los orígenes de Caudrot se remontan al siglo V cuando, hacia el año 450, las invasiones bárbaras, y más concretamente de los hunos, obligaron a parte de las poblaciones de la Galia central a emigrar al sur. Se trata pues de una caravana de una veintena de personas que montan sus tiendas a orillas del Garona, cerca de la desembocadura del Dropt. Durante las décadas que siguieron, las pocas viviendas modestas de adobe fueron reemplazadas por casas más robustas. La comunidad creció con la llegada de los gascones de Vizcaya y los Pirineos, a la espera de varios centenares de habitantes. El pequeño pueblo tomó entonces el nombre de Codo Droti (La Cola de la Gota).
Los siglos siguientes ven Caudrot seguir extendiéndose hasta el pie de los cerros, donde la actividad de unos ingenios viene a amenizar la tranquilidad de las laderas. Incluso cuenta la leyenda que Carlomagno, el más famoso de los carolingios, se hospedó en Caudrot a su regreso de España. Habría construido allí una basílica, fundado una escuela, y uno de sus hijos habría muerto allí. Aunque investigaciones recientes han puesto en duda un poco la veracidad histórica de sus hechos, la leyenda sigue viva en las calles del pueblo.
Bajo la amenaza de los normandos que vagaban por la Galia desde mediados del siglo IX, los habitantes de Codo Droti fortificaron la ciudad a partir de 862. Cavaron allí un foso y construyeron un muro de 8 metros de altura atravesado por dos puertas, cuyos vestigios aparecen a los ojos de los curiosos que los buscan, especialmente en el barrio de Terré. A pesar de estas fortificaciones y de la heroica defensa de Duke Malle, que allí perdió la vida, la ciudad fue tomada e incendiada. Codo Droti es saqueado. Pero fue sin contar con la abnegación de los habitantes que a partir de finales de siglo comenzarán a reedificar los edificios destruidos.
Del siglo XI al XVII, Calsdrotum prosperó, en particular gracias a la actividad portuaria de peaje que permitía su ubicación geográfica. La tributación de la economía fluvial entre Langon y La Réole es lucrativa para la ciudad, los prioratos y los señores que comparten las franquicias a lo largo del río y las barcazas que lo utilizan. El Garona permite entonces el transporte importante de mercancías pesadas cargadas en barriles y, por lo tanto, fáciles de gravar. Los productos alimenticios transportados son variados y numerosos: vino, sal, trigo, ganado, aceite, especias, pescado, materias primas (cuero, hierro, plomo, cobre, etc.) y productos manufacturados (chapas, muelas, armas, etc.).
Tras la desaparición de los peajes a mediados del siglo XVIII y el paso de las guerras de religión, Caudrot se desarrolló con fuerza en el siglo siguiente, alcanzando una población mayor que la actual. Los burgueses compraron el foso y construyeron las casas que hoy forman la fachada sur de la actual Place des Tilleuls. El maestro cerrajero de La Réole, Blaise Charlut, le dejará varias huellas de su paso por diversas casas burguesas. La ciudad continúa desarrollándose y la iglesia de Saint-Christophe se beneficia del talento de los pintores Bonnet y Vincent que pintan en su coro arquitecturas trampantojos hoy clasificadas.
El progreso acompaña el desarrollo de la ciudad: entrega de correo a partir de 1877, instalación del telégrafo en 1881 y de una cabina telefónica en 1904.
En el estancamiento de la primera mitad del siglo XX, Las dos guerras mundiales provocaron la reducción a la mitad de la población de Caudrot (700 habitantes en 1948), llevándose a su desastrosa estela a Pierre Gemin, un resistente de Caudrotais que pagaría el más grande de los sacrificios por su lucha contra el ocupante.
En el período de posguerra, Caudrot logrará reconstruirse gradualmente. La viticultura impondrá su monopolio sobre el policultivo que hasta entonces adornaba los paisajes circundantes. Territorio con una fuerte identidad, forjado por las penurias y el carácter de sus habitantes que cada vez supieron afrontar los desafíos de la Historia, la ciudad prosigue hoy la reconquista del lugar que le pertenece desde hace mucho tiempo a orillas del Garona.