Andron

Las dos habitaciones dobles que vimos (había dos disponibles así que nos dejaron elegir) son amplias, cómodas y limpias, con un armario empotrado enorme para dejar tu equipaje. El baño es completo, organizado en dos estancias separadas (para el aseo y sala grande con ducha amplia, buena presión de agua y lavabos dobles), luminoso e impoluto. Por ahora disponen de un solo baño para las dos habitaciones, así que hay que compartirlo con los otros huéspedes. En nuestro caso estuvimos solos así que estuvo perfecto. En caso contrario, dependerá de como sean los coinquilinos. Nos comentaron que próximamente van a hacer obras para que cada habitación disponga de su baño privado. El desayuno más que correcto y el trato con la propietaria excelente. Llegamos un domingo por la tarde que llovía a cántaros y la propietaria nos fue a buscar a la plaza del pueblo para acompañarnos hasta su casa. Como suele ocurrir viajando por Francia, es un placer poder dormir en 'chambres d'hôtes' cuidadas con esmero. Relación calidad precio extraordinaria.

En general nos ha gustado todo.

Los propietarios son muy simpaticos y amables, el sitio es limpisimo y la verdad que genial para visitar la costa vasco francesa.