Famosa por sus antiguas ferias, que atraían a multitud de gente entre los siglos XVII y XIX, la ciudad histórico-artística de Beaucaire, situada a orillas del río Ródano y del canal del Ródano a Sète, conserva un gran número de monumentos de su rico pasado comercial. El castillo medieval domina desde lo alto de una colina el centro histórico. Edificado en el siglo XI y desmantelado en parte por Richelieu (siglo XVII), fue la residencia de los condes de Toulouse y de los señores de Beaucaire. Actualmente, la torre poligonal, la torre angular redonda, las cortinas o la capilla románica dan testimonio de su época gloriosa. El recinto del castillo, además del museo arqueológico e histórico Auguste Jacquet, alberga un tranquilo jardín sombreado por pinos y cipreses y ofrece una bonita vista de los tejados de la ciudad.
Por debajo de las murallas, la visita de Beaucaire prosigue con el recorrido por sus plazas y calles, jalonadas de casas antiguas y de palacetes de los siglos XVII y XVIII. Entre estos, destacan los palacios de Clausonnette y Margallier -o Casa de las Cariátides- y el ayuntamiento. También hay que ver la colegiata barroca de Notre-Dame-des-Pommiers y la encantadora plaza de la República, con sus viejas arcadas, sus bonitas fachadas, la fuente y los plataneros.