Producida en Boulonnais desde hace más de un siglo, la fresa de Samer es una de las pocas fresas francesas que crece directamente en la tierra. En la región se cultiva una quincena de variedades. Como el modo de cultivo es antiguo, tienen un precio elevado en las estanterías. Poseen una calidad muy grande y un sabor deliciosamente perfumado. Rica en antioxidantes y vitamina C, la fresa de Samer es por añadidura un maravilloso aliado de la salud. Está disponible de mediados de mayo a principios de julio, y se puede tomar sola, con azúcar, con nata o en los pasteles.
Desde 1959, la ciudad de Samer organiza todos los años, en el mes de junio, la fiesta de las Fresas. En esta fiesta se dan cita los numerosos productores de la región, y se puede probar y elegir la mejor fresa o asistir a conciertos y espectáculos.