Rodeado de un famoso viñedo, Rousset-les-Vignes es un pintoresco pueblecito del Drôme provenzal. Fortificado antiguamente, ha conservado algunos edificios de la época medieval agrupados en torno a una tranquila placita. Accesibles a través de un entresijo de callejuelas típicas, estos edificios componen un notable patrimonio construido. En primer lugar, está la iglesia fortificada del siglo XII, de origen románico, que cuenta con una torre redonda y un campanario-muro con tres ventanales. A continuación, el priorato cluniacense del siglo X, decorado con una fachada renacentista. Y por último, el castillo feudal de los siglos XIV y XV.
Si se da un paseo por el pueblo podrá impregnarse de la atmósfera tranquila que reina en Rousset-les-Vignes. Por todas partes pueden verse restos de su pasado, como el antiguo lavadero y los pasajes abovedados.
Si continúa hasta el pequeño mirador situado en lo alto del pueblo, no se arrepentirá de la impresionante vista del paisaje de viñas y cipreses, con el monte Ventoux como telón de fondo.
Rousset-les-Vignes es una comuna del departamento de Drôme, en la región de Auvernia-Ródano-Alpes, a 10 km al noroeste de Nyons.
Su territorio de 15 km² se extiende entre 280 y 1305 m sobre el nivel del mar, entre el valle del Ródano y la llanura de Valréas al oeste, las cumbres de las Baronnies y los Préalpes al este y el Mont Ventoux al sur.
La localidad ha conservado un entorno verde, cubierto de bosques (54% de su superficie) y cultivos (36%). Allí se producen lavanda y frutas, y hay viñedos (que producen vinos de denominación de origen Côtes du-Rhône) y olivares.
En las afueras de Provenza, el pueblo se desarrolló después del año 1000 tras la creación de un priorato. Respaldado por la montaña de Lance, con fortificaciones dominadas por un castillo feudal, Rousset es el centro de un próspero señorío. Una vez integrada en el Condado de Venaissin cuando los papas se establecieron en Aviñón (siglo XIV), la fortaleza se estableció como marquesado en el siglo XVI.
De este rico pasado, la ciudad ha conservado un carácter típico con sus calles estrechas, sus edificios y viviendas de origen medieval pero también sus laderas plantadas de viñas desde donde admiramos el Ventoux.
¡Rousset-les-Vignes que tiene casi 300 habitantes te está esperando!
El corazón histórico del pueblo ha conservado un rico patrimonio. Se accede a él a través de calles estrechas salpicadas de viviendas antiguas (a menudo del período renacentista), pasajes cubiertos y detalles esculpidos aquí y allá. Las antiguas murallas, de las que aún quedan algunos elementos visibles, han dado paso a la calle de los Dauphins (tramo del RD 538).
Entre los edificios que merecen especial atención se encuentra el antiguo priorato cluniacense fundado en el siglo XI. Fue abandonado por los monjes (que introdujeron el cultivo de la vid) durante la Revolución. La propiedad ahora es privada. Su fachada de estilo renacentista (siglo XVI) revela inspiración italiana, y las ventanas con parteluces le dan todo su carácter. En el lado "oeste", una puerta de madera se abre a un patio. Un dosel está sostenido por una columna de mármol de Carrara.
En el pequeño pueblo también se encuentran dos castillos. Los llamados Marcels, que llevan el nombre de sus últimos señores, dominan la iglesia: primero fue un castrum y luego se consolidó a principios del segundo milenio. En el lado oeste del pueblo fortificado, le sucedió el castillo de Alrics como sede del señorío. Su aspecto actual data de los siglos XV y XVI (de ahí los herrajes y decoraciones renacentistas) pero ciertos elementos datan de los siglos XII y XIII, lo que confiere al conjunto un aspecto heterogéneo. El castillo sigue marcado por su vocación militar pero su función residencial es igualmente fuerte. Además, resuena con las viviendas renacentistas que lo rodean... Los dos castillos son propiedades privadas que se pueden observar desde el exterior.
Para ver a continuación, la iglesia de Saint-Mayeul. Antigua capilla del priorato, sus basas son románicas. Poco a poco se fue transformando en iglesia parroquial a partir del siglo XVI y fue ampliada tres veces: 1509, 1589 y 1735. Con el tiempo, esto supuso invadir el área del priorato cercano. El campanario también data del siglo XVIII. En el lado "este", una torre circular se apoya en la antigua muralla. En el interior del edificio se conserva una estatua de madera de la Virgen, pinturas y una antigua lápida que, a pesar de sus distintas épocas de construcción, presenta una unidad de carácter.
Lo que queda por descubrir fuera del pueblo, casi un kilómetro al este y a 600 m de altitud, en la colina de Charbonel, es la capilla de Notre-Dame-de-Beauvoir: inicialmente era una ermita ocupada por monjas. Luego se fundó una capilla en el siglo XIV. El edificio fue ampliado en 1666 pero saqueado durante la Revolución, fue restaurado durante el siglo XIX. De esta época datan pinturas, altares y estatuas. En 1876 se añadió un campanario y un refugio dedicado a los peregrinos. Además del carácter encantador de la capilla en sí, el lugar es un verdadero mirador y se pueden disfrutar de vistas extraordinarias.
Además de este imprescindible paseo, se pueden realizar otras excursiones (a pie o en bicicleta de montaña) por el territorio de la localidad que no carece de bienes paisajísticos (entre viñedos, olivares, cipreses, etc.), sus cumbres zonas boscosas hasta la llanura más fértil.
Sin embargo, no olvidaremos hacer una pausa de degustación para descubrir (con moderación) los vinos producidos en Rousset. Si la cooperativa está situada en el pueblo vecino de Saint-Pantaléon-les-Vignes, la finca Bouvaude se encuentra en la zona (contacto +33 4 75 27 90 32).
Los circuitos más amplios permiten llegar a otros lugares turísticos de los alrededores, como Nyons, Valréas o las verdes cumbres de las Baronnies y los Préalpes.
Para caminantes o ciclistas de montaña, mapas e información en la oficina intercomunitaria de turismo al +33 4 75 46 56 75.
El segundo domingo de mayo, venta de garaje.
El último fin de semana de julio, fiesta votiva con actividades lúdicas, competición de petanca y velada de baile.
La segunda semana de diciembre, mercado navideño.
