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Mantener la salud durante las vacaciones

Fichas prácticas

Todo el mundo está de acuerdo en que la salud es importante. Aunque es verdad que Francia no es un país de riesgo, en comparación con algunas regiones lejanas, no por eso hay que dejar de tomar algunas precauciones para mantener la salud durante las vacaciones.

Mantener la salud durante las vacaciones

Antes de salir

  • Preparar un pequeño botiquín de farmacia con algunos medicamentos y accesorios básicos (paracetamol, antiséptico, vendas, etc.), que evitarán muchos contratiempos en caso de necesidad. Ante la duda, solicite a su médico que le prescriba lo necesario, y él le dará los mejores consejos en función de la edad, el destino y las actividades practicadas.
  • Comprobar que las vacunas estén al día, y tomarla vacuna de refuerzo a tiempo si es preciso.
  • Quienes padecen problemas cardiacos deben consultar a un especialista antes de salir si piensan ir a un destino de altitud o donde hace mucho calor, o si se va a realizar una actividad de esfuerzo físico.

Al sol

  • Evitar exponerse entre las 12 y las 16 h, ya que el índice UV es más elevado en este período del día. El viento que refrigera la piel, los baños refrescantes y el cielo nublado proporcionan una falsa sensación de seguridad. En todos los casos, los UV están presentes (el manto nuboso deja pasar más de 90 % de los UV).
  • Proteger bien la piel con una crema solar de un índice suficiente, y aplicarla con frecuencia (cada 2 horas y después del baño), en particular en las zonas sensibles o en las más expuestas a los UV: nariz, labio inferior, orejas, parte superior de la espalda, hombros, pecho.
  • Protegerse los ojos con unas buenas gafas de sol bien envolventes, ya que, incluso sin deslumbrar, los UV pueden provocar quemaduras oculares.
  • Utilizar un sombrero y una camiseta para los desplazamientos a pleno sol.
  • Los niños son más vulnerables al sol que los adultos. En particular, los niños de menos de un año no deben permanecer nunca a pleno sol y deben estar cubiertos, incluso a la sombra.
  • En montaña, la altitud y la nieve aumentan considerablemente las cantidades de UV que reciben la piel y los ojos. Por eso, hay que protegerse más.
  • Algunos medicamentos, perfumes o desodorantes pueden provocar alergias y quemaduras graves con el sol. En estos casos, no exponerse al sol o consultar con el médico.
  • Tener siempre agua disponible y beber regularmente para evitar la deshidratación. Hay que beber antes de tener sed.
  • No dormirse al sol.
  • Para evitar un golpe de calor, no practicar ejercicio intenso cuando hace demasiado calor (dolores de cabeza, calambres musculares y pérdida de conocimiento).
  • En caso de insolaciones repetidas, consultar a un dermatólogo a la vuelta de las vacaciones.

En la piscina

  • Caminar con prudencia y no correr alrededor de la piscina para evitar las caídas en un suelo deslizante.
  • Evitar entrar en el agua de cabeza, ya que se corre el riesgo de hidrocución. El riesgo es aún más elevado después de una exposición prolongada al sol o después de una comida. Es preferible entrar en el agua poco a poco.
  • Explicar a los niños los riesgos relacionados con el agua y las normas que hay que seguir, en particular la prohibición de bañarse en ausencia de un adulto.
  • Equipar a los niños pequeños con manguitos.
  • Tener cerca de la piscina una pértiga y un teléfono móvil.
  • Fuera de las horas que se pasan en la piscina, retirar todos los juguetes acuáticos que puedan atraer a los niños.

De excursión

  • Preparar el itinerario y la hora de salida de forma que se pueda volver de sobra antes de que anochezca.
  • Consultar las condiciones meteorológicas antes de salir.
  • Llevar consigo en la mochila un pequeño botiquín, un teléfono móvil, agua abundante y protección contra el frío, el viento y la lluvia.
  • Caminar a ritmo, mostrándose prudente en las proximidades de los escarpes o en las cuestas pronunciadas
  • Despojarse de la ropa cuando se tiene calor y volver a vestirse en las paradas.
  • Evitar bañarse en aguas desconocidas, en particular cuando el agua está turbia, presenta una coloración extraña o huele mal.

En presencia de animales

  • Mosquitos, abejas, avispas y otros ácaros pueden provocar picaduras dolorosas. Utilizar una loción repelente y vestirse de forma adecuada (mangas largas y tejidos suficientemente gruesos en las zonas de más riesgo). En caso de picadura, si se ha quedado en la piel el aguijón, quitarlo con una pinza de depilar. Desinfectar y calmar el dolor con agua fresca y una crema antiinflamatoria.
  • La garrapata es transmisora de algunas enfermedades que pueden ser muy graves. En las zonas de riesgo (zonas boscosas, hierbas altas, regiones húmedas), entre abril y noviembre, se recomienda llevar prendas claras que cubran todo el cuerpo y utilizar un repelente a base de DEET. Para desprenderse de una garrapata, no hace falta aplicar éter. Basta con una pequeña pinza fina o un quitagarrapatas (disponible en farmacias), teniendo cuidado de soltar al animal sin dejar la cabeza.
  • Las víboras solo atacan para defenderse, en caso de sorpresa o de amenaza. En las zonas de riesgo, se recomienda llevar un calzado alto, caminar haciendo ruido, evitar las rocas calentadas por el sol y estar alerta cuando se recoge algo. En caso de mordedura, la succión de la herida resulta ineficaz, y el corte con el cuchillo o el torniquete son peligrosos. Más vale calmar al herido, tenderlo de espaldas, vendar con fuerza la mordedura hasta la raíz del miembro y esperar la llegada de los servicios de emergencia.
  • Las ocas pueden dar golpes violentos con el cuello o dar pellizcos, provocando hematomas. Por esto, conviene tenerlas a una distancia razonable durante las excursiones
  • Les perros y los gatos pueden morder o arañar si se los acaricia sin conocerlos. No se debe quitar importancia a las mordeduras, ya que las heridas pueden ser profundas y la saliva puede provocar sobreinfecciones. Por otra parte, los arañazos de gato pueden ocasionar un estado de fatiga, acompañado de ganglios unos días más tarde. Por eso, se recomienda consultar a un médico para curar la herida y prescribir un antibiótico en caso de heridas de perro o de gato.
  • Las mordeduras de zorro pueden transmitir la rabia. Mantenerse siempre a distancia, por más que parezcan inofensivos.
  • Los animales salvajes grandes solo atacan si se ven sorprendidos, se sienten amenazados o si alguien se acerca a sus crías. Sus golpes, mordeduras o arañazos pueden ocasionar heridas de consideración. En caso de un encuentro inesperado, más vale pararse y quedarse quieto hasta que se vaya el animal.
  • En el mar, algunos animales acuáticos, como los erizos, los pejes araña o las rayas camufladas, pueden picar a los bañistas en el pie. Por eso, conviene llevar sandalias con una buena suela. En caso de picadura, quitar el aguijón o los pinchos si se han quedado en la piel, lavar abundantemente con agua de mar y luego consultar con un médico.
  • Las medusas y las anémonas de mar pueden provocar quemaduras. En este caso, aplicar vinagre o zumo de limón en las lesiones, y luego aplicar un gel anestésico.
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