Poseedora de una gran variedad de paisajes, la región de Mediodía-Pirineos está repleta de maravillas, desde las naturales y arquitectónicas hasta las culturales, pasando, ¡cómo no!, por las culinarias. Los amantes de la naturaleza y la arquitectura quedarán maravillados con la famosa cordillera pirenaica y sus grandiosas cimas, el impresionante caos de Montpellier-le-Vieux, los inmensos circos de Gavarnie y Troumouse, la apacible meseta de Aubrac y el romántico canal del Mediodía, lugares clave del arte parietal como la cueva de Niaux, hermosos pueblecitos como Belcastel, Bruniquel, La Couvertoirade, Larressingle, Najac, Penne, Puycelsi, Saint-Cirq-Lapopie y Rocamadour, y encantadores bastidas medievales como Beaumont-de-Lomagne, Castelnau-de-Montmiral, Lauzerte y Saint-Clar. Por su parte, los innumerables senderos y pistas de esquí de la región cautivarán a los deportistas amantes de las actividades al aire libre.
Un recorrido por el territorio de Mediodía-Pirineos permite contemplar ciudades llenas de interés como Albi, con el museo Toulouse-Lautrec; Auch, con sus pintorescas callejuelas, Cahors, con el puente Valentré; Cordes-sur-Ciel, con sus casas góticas; Foix, con el castillo medieval; Lourdes, con sus santuarios, Millau, con el famoso viaducto, Montauban, con la plaza Nacional; Rodez, con la catedral gótica o Toulouse, con sus palacios del Renacimiento.
Las fiestas tradicionales, los mercados rebosantes de colores y sabores, y las populares especialidades gastronómicas (como el aligot, el roquefort, la cassoulet tolosana, las aves de corral de Gers y la sopa de hortalizas), hacen de la región de Mediodía-Pirineos un lugar destacado de encuentro y buena mesa de máxima calidad.