Gironda no solo puede vanagloriarse de ser el departamento más grande de la Francia metropolitana, sino también de albergar multitud de riquezas, tanto naturales como arquitectónicas. La ciudad histórico-artística de Burdeos; los magníficos castillos de Cazeneuve, Roquetaillade y La Brède; la costa atlántica, con sus olas yodadas y sus playas de arena, muy apreciadas por los veraneantes y los amantes del surf; la formidable Cuenca de Arcachón, con sus preciadas localidades playeras y sus típicos pueblos ostrícolas; la duna más alta de Europa; con sus incomparables vistas, los lagos propicios para practicar actividades náuticas; los bosques de pinos jalonados de carriles bici; el célebre viñedo bordelés, con sus prestigiosos vinos; o las famosas ostras de la Cuenca de Arcachón son algunos de los tesoros para disfrutar durante un fin de semana o una escapada.