Con un patrimonio natural excepcional, el Franco-Condado constituye un destino obligatorio para los amantes del turismo verde y los parajes protegidos. ¡El Alto Jura, la meseta de los Mil Estanques, la región de los Lagos o el macizo de los Vosgos lo tienen todo para seducir a los aficionados a las actividades al aire libre!
A estos tesoros naturales hay que añadir un patrimonio arquitectónico de gran interés. Ciudades histórico-artísticas como Dole, con sus casas antiguas; Besançon, con la ciudadela Vauban; Belfort, con su León; o Montbéliard, con el castillo de los duques de Wurtemberg, atestiguan el glorioso pasado de la región. La gastronomía del Franco Condado, auténtica como ella sola, hace las delicias de los paladares con especialidades y sabrosos platos como el queso de Comté, la salchicha de Morteau, la cancoillotte, el gallo al vino amarillo o el estofado comtoise. Por su parte, los amantes del rock tienen una cita obligada con el famoso festival de Eurockéennes de Belfort, que se celebra el primer fin de semana de julio a orillas del lago Malsaucy.