Desde lo alto de un espolón rocoso, a 400 metros de altitud, el pueblo de Tourrettes-sur-Loup domina un extenso valle arbolado. Esta villa medieval encaramada en lo alto alberga un patrimonio milenario cuyos secretos se esconden entre sus viejas piedras. Lo más sensato es deambular por sus callejuelas tortuosas y empinadas, donde se alzan casas coquetas llenas de colorido y de flores. Estas viviendas construidas con la piedra caliza de la región parecen formar un capullo acogedor, donde las persianas azul claro contrastan sabiamente con la piedra ocre y gris. Como telón de fondo, la vegetación se extiende hasta el mar formando inmensos relieves sinuosos.
Además del atractivo de su arquitectura, los turistas visitan el pueblo por su artesanía de calidad. Aquí se rinde homenaje a la violeta en las confiterías y en los perfumes, pero también en un museo dedicado a esta preciada flor, que ilustra una historia de 150 años. En el mes de marzo, el pueblo se anima con ocasión de la fiesta de la violeta y ofrece muchas actividades a sus visitantes.
Para rematar su escapada, suba hasta el punto más alto del pueblo, situado enfrente del antiguo torreón. ¡Los visitantes disfrutarán de una panorámica de 360° que abarca el litoral y el Mediterráneo!