Enclavada en el corazón del Perigord negro, Sarlat-la-Canéda constituye una etapa ineludible para los aficionados a la arquitectura. La antigua ciudad medieval invita a deambular, con su gran cantidad de callejuelas pintorescas y palacios góticos o renacentistas, como los palacios Plamon, Magnanat y Vassal. No hay que perderse el mercado del sábado, especialmente animado.
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