En el país de las piedras levantadas, el Neolítico es particularmente notorio gracias a la presencia de numerosos megalitos de este período. Entre los departamentos bretones, Morbihan destaca por su riqueza y concentra la mayoría de estos, especialmente alrededor de Vannes.
En Carnac la Prehistoria adquiere su sentido más pleno gracias al soberbio conjunto de más de 3000 piedras, dólmenes y menhires diseminados en líneas continuas de aproximadamente 1 kilómetro de largo. No se pierda los alineamientos de Ménec, Kerlescan y Kermario, y por supuesto el gigante de Manio, un menhir declarado monumento histórico. ¡Es una de las mayores concentraciones de piedras levantadas del mundo! También en Carnac se encuentra el Museo de la Prehistoria, que ofrece una magnífica colección de objetos del período megalítico.
En Locmariaquer no se puede pasar por alto el Gran Menhir Roto, el dolmen de la Mesa de los Comerciantes y el túmulo de Er Grah.
En la bahía de Morlaix se encuentra una de las necrópolis megalíticas más grandes de Europa, el túmulo de Barnenez, que aglutina 11 dólmenes. Apodado por André Malraux el "Partenón de los bretones", la vista que ofrece de la ensenada de Térénez y de la bahía de Morlaix es espectacular.
Tampoco hay que olvidar el túmulo de Gavrinis en la isla del mismo nombre, uno de los enclaves megalíticos más bellos del mundo, situado cerca del puerto de Larmor-Baden. Esta enorme roca de granito alberga un magnífico dolmen que forma una galería de 14 metros.
Otros sitios que los aficionados no deben perderse con el túmulo de Petit Mont en Arzon, en la península de Rhuys; los dólmenes de Mane-Bras en Erdeven; la alineación de Kornevec en el bosque de Floranges; o el dolmen de Penhap en la isla de los Monjes.
