Esta bonita ciudad de Finisterre, a 15 kilómetros de las costas, está travesada por los ríos Steïr y Odet. Numerosas pasarelas atraviesan los dos cursos de agua, el casco viejo medieval, las callejuelas y plazas tranquilas contribuyen considerablemente al romanticismo de la ciudad, marcada por el período medieval.
Tres sectores bien distintos forman el centro histórico, para descubrir a pie con toda tranquilidad.
El barrio de Locmaria cuenta con un antiguo priorato, un jardín medieval con el sello de Jardin Remarquable (Jardín de interés), y una iglesia románica, donde se concentra el arte bretón. En esta zona hay bonitas tiendas de loza y bordados, y una marca que no puede faltar: la fábrica de loza Henriot-Quimper, una institución local!
El barrio episcopal, con el antiguo palacio de los Obispos y la catedral de San Corentino, edificada en el siglo XIII, una de las catedrales góticas más antiguas de Bretaña. No deje de contemplar sus vidrieras y las dos flechas que se elevan a 75 metros del suelo.
El barrio de los duques de Bretaña, con la iglesia de San Mateo, sus mansiones con voladizos, piñones o entramados, sus callejuelas típicas empedradas recuerdan a las corporaciones de la Edad Media...
Quimper es la capital cultural de Bretaña. Para profundizar en la historia de la ciudad y su patrimonio artístico, diríjase al museo de Bellas Artes, uno de los más ricos de Francia, instalado en un palacio de estilo italiano. Las obras de la Escuela de Pont-Aven cubren sus paredes, y hay una sección dedicada a la ciudad de Ys, engullida por las olas.
El patrimonio regional se exhibe en el antiguo palacio episcopal, convertido en museo departamental bretón, dedicado a las artes y las tradiciones populares de Finisterre.
Quimper dispone de buenas tiendas para comprar productos comestibles. También cuenta con tiendas de fábrica, sobre todo en lo que respecta a la loza: aproveche para comprar uno de los famosos "boles bretón" con su nombre inscrito. Para conocer mejor este arte, visite el museo de la Loza en el barrio de Locmaria, donde se exhiben una gran cantidad de piezas, algunas de ellas únicas.
Para calmar el apetito, pruebe las famosas "crepes dentelles " o entre en una crepería.
Desde 1923, Quimper acoge todos los años en julio el festival de Cornualles, centrado en la música bretona. Con este motivo, se ofrecen espectáculos y conciertos.