La villa milenaria de Prats-de-Mollo está situada a 735 metros de altitud, en el Alto Vallespir, en la orilla izquierda del Tech. Presenta un carácter auténtico, con su entorno natural preservado, sus murallas, su iglesia fortificada y sus callejuelas pintorescas. Atravesada por el torrente de la Guillème, esta pequeña ciudad medieval, reformada por Vauban, invita a callejear. Las puertas fortificadas, la iglesia de las Santas Justa y Rufina, con su precioso mobiliario barroco, y el camino cubierto que conduce al fuerte Lagarde del siglo XVII, colgado en lo alto de Prats-de-Mollo, son algunos de los testimonios históricos que se pueden ver.
Un acontecimiento fundamental en la villa es la insólita fiesta del oso en febrero, un carnaval tradicional que conmemora una vieja leyenda...
A 8 kilómetros de Prats-de-Mollo, se encuentra el spa termal de La Preste, un remanso de relajación y regeneración, con su piscina de agua termal y sus tratamientos de belleza y bienestar.