Con sus 1912 m de altitud, el monte Ventoux es reconocible de lejos, hasta un centenar de kilómetros a la redonda. Símbolo de Provenza y lugar indiscutible de Vaucluse, su cumbre de piedras calizas blancas recuerda a un verdadero paisaje lunar, suscitando asombro y admiración. ¡Sin hablar de la extraordinaria panorámica que ilumina Luberon, la montaña Santa Victoria, las gargantas del Nesque e incluso el litoral mediterráneo cuando el cielo está despejado!
Pero el monte Ventoux se caracteriza sobre todo por su gran diversidad climática y natural. Las plantas mediterráneas se codean con bosques de hayas y abetos o con plantas árticas. Esta riqueza le ha valido ser declarado Reserva de la biosfera por la UNESCO. Aquí podrá descubrir y contemplar una fauna excepcional compuesta por pájaros, rapaces y cérvidos.
A pie, en bicicleta o a caballo, el monte Ventoux es un sitio apreciado por los deportistas. Los senderistas disponen de senderos señalizados mientras que los ciclistas pueden intentar la difícil ascensión hasta la cumbre. ¡Pero qué satisfacción al llegar a lo alto! En invierno la nieve cubre las pendientes de las estaciones del Monte Sereno y del Chalet Reynard. Los esquiadores pueden entonces disfrutar de lo lindo en las pistas apisonadas, y los caminantes con raquetas pueden disfrutar de la belleza del lugar siguiendo alguno de los recorridos propuestos. En verano puede disfrutar de emociones fuertes descendiendo en un kart no motorizado por la pista de hierba de la Lisière.