Situado entre Var y las Bocas del Ródano, el macizo de Sainte-Baume es un punto clave de peregrinación, así como un lugar predilecto para los amantes del senderismo. En pleno macizo se levanta el bosque patrimonial de Sainte-Baume, dominado por un elevado escarpe rocoso, con un paisaje en el que se alternan hayas, arces, pinos silvestres y tilos. ¡Un entorno realmente refrescante en verano!
En una de las cuevas del macizo pasó sus últimos días María Magdalena. Ubicado en plena naturaleza, este lugar es en la actualidad un santuario en el que se conservan las reliquias de la santa. Un gran número de peregrinos acuden aquí a recogerse después de recorrer durante 45 minutos un sendero peatonal.
El macizo de Sainte-Baume también atrae a los amantes de la naturaleza y a los aficionados al senderismo. No puede dejar de ver los neveros, esos gigantescos agujeros cavados en el suelo donde el agua se convierte en hielo durante el invierno. El macizo también resulta apto para la escalada. Los escaladores deben tomar la ruta del Pico de Bertagne para obtener una vista impresionante de los Alpes y el mar.
Ubicado a los pies del macizo, el bosque de Saint-Pons, en el municipio de Gémenos, está lleno de fuentes y alberga una abadía cisterciense del siglo XIII.