Inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO, el golfo de Porto se muestra espléndido, con sus acantilados de granito rojo que dominan el mar. Hay varios lugares que no hay que perderse: las calancas de Piana, al sur; la península de Girolata y la reserva natural de Scandola, al norte.
El pequeño centro turístico de Porto, indisociable de su torre genovesa, es un lugar muy apreciado por los veraneantes.