Jalonada por nueve localidades playeras familiares en donde perviven muchas bellas villas antiguas, la Costa de Nácar se extiende a lo largo del mar de la Mancha, entre Ouistreham y Courseulles-sur-Mer, en Calvados. Su hermosos nombre evoca los matices nacarados, cambiantes y en movimiento, que se reflejan en el agua.
A pesar de las huellas imborrables que dejó el Desembarco de 1944, el encanto de la costa es innegable. Sus playas de arena fina atraen cada año a muchos visitantes que aprecian el marco natural y la gran variedad de actividades acuáticas.
Debido a la proximidad de Caen, la ciudad de Ouistreham está animada durante todo el año. Y visitantes y veraneantes pueden disfrutar de la gran playa de arena fina y de la localidad playera de Riva-Bella. En el puerto, se puede asistir al frecuente espectáculo de los impresionantes ferris que parten hacia Inglaterra. Los amantes de los espacios naturales quedarán cautivados por el antiguo camino de sirga, que permite dar un precioso paseo por el canal del Orne, y por la punta del Siège, un promontorio de bancos de arena con una gran biodiversidad. En cuanto a la cultura, el Gran Búnker, museo del Muro del Atlántico, recrea la atormentada historia local. Y la bonita iglesia de San Sansón de Ouistreham muestra una fachada románica ricamente decorada y una enorme nave que reflejan la pasada prosperidad de la ciudad.
Luc-sur-Mer es una encantadora estación termal que cuenta con una bonita playa, un centro de talasoterapia y un casino. Es de obligada visita la Casa de la ballena, pequeño museo sobre los cetáceos, uno de los cuales quedó varado en la playa en 1885. Su esqueleto se expone en el ameno parque del Ayuntamiento.
Saint-Aubin-sur-Mer, convertida en una localidad destacada de la Costa, ha mantenido el antiguo encanto de un pueblo de pescadores. Las villas del paseo marítimo, los estrechos callejones del casco viejo, los espacios llenos de flores, las casas de pescadores y los conciertos organizados en el casino de estilo art-déco le proporcionan una identidad propia.
Última etapa antes de pasar a Bessin, Courseulles-sur-Mer es conocida por su gran puerto de recreo, en el que dos dársenas acogen a 750 barcos. También destaca la gran playa de arena, el Centro Juno Beach, dedicado a los aliados canadienses que desembarcaron en el día D... ¡y las ostras!
