Junto a Saint-Cloud, en medio de un enorme espacio de 4 hectáreas, la Ciudad de la Cerámica ocupa 25 edificios inscritos en los Monumentos Históricos desde 1942. Desde enero de 2010, la Ciudad comprende la Manufactura Nacional de Sèvres, que fomenta desde el siglo XVIII una técnica exquisita, y el Museo Nacional de la Cerámica. Este abrió sus puertas en 1812 para mostrar al gran público cerámicas, lozas, ges y porcelanas de todo el mundo y de todas las épocas. El Museo Nacional Adrien Dubouché de Limoges se añadió en mayo de 2012 a estos dos establecimientos prestigiosos, y todos ellos forman la Ciudad de la Cerámica - Sèvres y Limoges.
La Ciudad reproduce objetos antiguos de cerámica artística o realiza nuevas creaciones, innovadoras y audaces, respetando las técnicas ancestrales. Cerca de 120 artesanos siguen desempeñando una treintena de oficios y se dedican a mantener la expresión y la técnica transmitidas de generación en generación. De sus 27 talleres salen cada año alrededor de 3000 piezas destinadas a los grandes cuerpos del Estado o a galerías de arte. Las obras se reproducen de muchas formas: objetos de arte decorativo o arte de la mesa, esculturas, objetos de arte contemporáneo, etc.
Paralelamente a la venta y difusión de los objetos realizados, la Ciudad también cumple una misión de investigación en el ámbito de la cerámica, en los planos científico, técnico e histórico. En el laboratorio, los ingenieros químicos elaboran nuevas variantes de pastas, esmaltes y colores.
Un viaje al país de la artesanía de prestigio, que pone la memoria de la expresión al servicio de la creación artística actual...