A 1 hora de París, el castillo de Chantilly en Oise es una de las joyas del patrimonio francés. Esta antigua residencia principesca se divide en dos partes. Por un lado, está el pequeño castillo del siglo XVI, y por otro, el gran castillo del siglo XIX. La belleza y riqueza de este edificio se debe en parte al trabajo de Enrique de Orleans, el duque de Aumale, heredero del último príncipe de Condé. Gran coleccionista y ávido bibliófilo, transformó el castillo en un auténtico museo de arte e historia. El museo Condé alberga una prestigiosa colección de pinturas antiguas, la segunda después de la del Louvre. Por deseo del duque, la presentación ha sido la misma desde el siglo XIX. El gabinete de los libros, lugar de lectura y trabajo, era una de las estancias favoritas de Enrique de Orleans. En él podrá contemplar miles de obras, incluidos manuscritos medievales, la mayoría de ellos iluminados. El manuscrito más antiguo data del siglo XI. Los apartamentos principescos también están ricamente amueblados y decorados con objetos y pinturas de maestros.
En el exterior, tómese el tiempo necesario para pasear por el inmenso parque de 115 hectáreas y contemplar los parterres de los jardines francés de Le Nôtre, el Gran Canal, el jardín inglés, la casa de Sylvie, bordeada por un estanque, o el encantador Hameau (Aldea), que cuenta con cinco pintorescas casitas ubicadas en el corazón del jardín anglo-chino, donde podrá saborear la auténtica crema Chantilly.
Ubicado dentro de los grandes establos, el Museo del Caballo es un museo lúdico e interactivo que contiene 200 obras relacionadas con el caballo y su historia. También es el escenario de espectáculos ecuestres que deleitan a grandes y pequeños.