En el departamento de Tarn, Castres es una ciudad que cautiva a primera vista. Las viejas casas de colores que rodean el Agout dan a la localidad una verdadera atmósfera pintoresca que le ha valido el sobrenombre de la Pequeña Venecia de Languedoc. Si quiere ver estas casas desde más cerca, embárquese a bordo de un barco de madera típico, un barco sirgado, y navegue río abajo, de día o de noche, para contemplar estas viviendas que antiguamente pertenecieron a los curtidores, tejedores, pergamineros y tintoreros de la ciudad. ¡Y desde el muelle de los Jacobinos, la vista de este conjunto arquitectonico es extraordinaria!
Castres posee un interesante patrimonio cultural y religioso representado sobre todo por el antiguo palacio episcopal y el museo Goya. El palacio, que hoy en día es el ayuntamiento, fue obra de Jules Hardouin-Mansart, el arquitecto de Luis XIV, y los bellísimos jardines franceses con brocados de boj fueron diseñados por Le Nôtre. El museo, por su parte, está dedicado a las pinturas españolas, y más concretamente a las de Francisco de Goya.
Paseando por el centro del casco viejo, descubrirá los palacios renacentistas, entre ellos el palacio de Viviès y el palacio de Nayrac, incluidos entre los Monumentos Históricos, y la plaza Jean Jaurès con sus fachadas de piedra talladas en gres, que los sábados por la mañana acogen un mercado tradicional repleto de colorido y sabores. Castres es además la ciudad natal de Jean Jaurès, cuya vida y compromisos políticos puede descubrir en el museo que lleva su nombre.
No se puede evocar esta ciudad sin mencionar el rugby. ¡De hecho, toda la localidad vive este deporte desde 1906! Y el equipo ha llegado a ganar varias veces la Copa de Francia. Los días de partido encontrará un ambiente festivo: ¡déjese llevar!
En Languedoc, entre Toulouse y Montpellier, en un entorno natural, conserva a los pies de las Montañas Negras y la meseta de granito puertas Sidobre, Castres, ciudad marcada por todas las corrientes del pensamiento, la herejía cátara del protestantismo es un cruce de múltiples influencias.
El casco antiguo con raíces fuertes, registrados en la historia, se mantuvo la rica historia de los acontecimientos y desarrollos, la identidad cultural, arquitectónico y económico fuerte.
Toulouse y Carcassonne están a una hora por carretera, Albi a treinta minutos.
Todo el que invitan a permanecer en esta tierra occitana.
A pesar de su origen latino "castrum", la ciudad no fue fundada por los romanos, aunque el descubrimiento de una villa galo-romano en Gourjade certificar su presencia en los siglos I y II dC. El sitio fue ocupado desde la Edad del Hierro, en el siglo VIII antes de J-C, pero el origen de la ciudad se remonta a principios del siglo IX (810) con la fundación de una abadía benedictina. Los monjes traer las reliquias de San Vicente de Zaragoza (patrón de la ciudad), donde se construyó una basílica. Castres convierte en un escenario en un camino a San Santiago de Compostela: el camino de Arles. En el corazón de la herejía cátara, la ciudad no se involucra abiertamente y se somete a Simón de Montfort. En 1317 se estableció como obispo y el resto hasta 1790. Durante las guerras de religión, Castres, hugonote fortaleza, se convirtió en plaza fuerte; muchos edificios del convento se destruyen.
En 1595, Henri IV se establecen Castres a la Cámara del Edicto, tribunal de jueces católicos y protestantes para hacer una justicia justa. Este es el comienzo de uno de los períodos más prósperos. Hermosas mansiones se construyen y participan en el renacimiento de Castres (ver: Individuo Gabriel Calle, Cámara del Edicto, Victor Hugo, Montledier, Sabaterie, Fellows, Frederick Thomas...). Una academia literaria fue creado por un grupo de eruditos locales. En el auge cultural alimenta la prosperidad: el trabajo de los artesanos de la lana, cuero y papel, textil Castres dice que su vocación. El siglo XVII legó conjuntos notables, especialmente el Palacio del Obispo, diseñado por Jules Hardouin-Mansart, donde ahora se encuentra el Ayuntamiento y el Museo Goya. Se extiende por un jardín francés diseñado de acuerdo con los planes de André Le Nôtre.
En el siglo XIX, la ciudad continúa su industrialización y el desarrollo con muchas facilidades: se pone un gran lugar Royale (ahora Jean-Jaurès), y un lugar de mercado Albinque. El año 1859 vio el nacimiento de Jean Jaurès. En 1893, Marcel recibe Castres Briguiboul, rico comerciante y pintor, hizo un legado, en particular, tres óleos sobre lienzo del maestro aragonés Francisco de Goya y Lucientes. El museo que alberga lleva el nombre de Goya Museo en 1947. Es ahora el segundo museo de arte hispano en Francia después del Louvre.
