Desde lo alto de sus 697 metros de altitud, el castillo cátaro de Puilaurens, colgado en un espolón rocoso, a las puertas de Fenouillèdes, domina orgullosamente el verde valle del Boulzane.
Formidable testimonio de la arquitectura militar de la Edad Media, el castillo de Puilaurens, que en otro tiempo perteneció a los cinco hijos de Carcasona, desempeñó un papel importante en la defensa de la antigua frontera franco-aragonesa.
Antes de contemplar de cerca del recinto almenado, la barbacana, el camino de ronda, los vestigios del torreón cuadrado o la torre de la Dama Blanca, hay que seguir el agradable sendero botánico que asciende hasta el pie de la fortaleza.