El castillo de Brissac-Quincé se encuentra habitado por la familia de los duques de Brissac. Con sus siete pisos y sus 204 habitaciones, es el castillo más alto de Francia. En su interior, destaca el mobiliario de época, los recuerdos de familia, los tapices flamencos y el teatro Belle Époque. Por último, merece la pena dar un paseo por el parque de 70 hectáreas, atravesado por un río, y contemplar sus árboles centenarios.
El castillo de Montreuil-Bellay