La ciudad de Bailleul, devastada varias veces a lo largo de su historia, se reconstruyó primorosamente después de la primera guerra mundial. La Plaza Mayor destaca por su típica arquitectura flamenca. Aquí, el encanto se despliega en las casas, el ayuntamiento de estilo neoflamenco y el imponente campanario de 62 metros de altura. Este último, declarado patrimonio mundial de la UNESCO, posee un carillón con 35 campanas. Desde lo alto, se divisa una magnífica vista de la llanura y de los montes de Flandes.
Favorito