La capital de la región del Franco-Condado, la ciudad histórico-artística de Besançon, se asienta en una curva del Doubs, y está dominada por la imponente silueta de su ciudadela.
La ciudadela de Besançon es una obra maestra del ingeniero Vauban, y constituye un extraordinario testimonio de la arquitectura militar del siglo XVII. Además de las fortificaciones y de la maravillosa panorámica de los tejados de la ciudad y del valle del Doubs, la ciudadela también cuenta con unos museos interesantes: el Museo Comtois, el espacio Vauban, el Museo de la Resistencia y de la Deportación, así como el Museo de Historia Natural con su jardín zoológico, en el que destaca el recorrido por la evolución, el insectario, el acuario, el noctario y el climatorium.
La visita de Besançon prosigue con el descubrimiento del centro histórico, situado a los pies de la ciudadela. La catedral de Saint-Jean, con su espléndido reloj astronómico compuesto de 30.000 piezas; la Calle Mayor y la plaza de la Revolución, lugares de gran animación; el palacio Granvelle, magnífico edificio renacentista que alberga ahora el museo del Tiempo, dedicado a la relojería; el muelle Vauban, con sus casas con arcadas que dan al río Doubs; la casa natal del famoso escritor Victor Hugo o los bellos palacetes de los siglos XVI, XVII y XVIII son otros tantos lugares y monumentos que hay que descubrir en un paseo.
Tampoco se puede olvidar el Museo de Bellas Artes y Arqueología, instalado en un antiguo mercado de granos del siglo XIX, en el que se exponen colecciones arqueológicas y artísticas.
Con su gran cantidad de espacios verdes, la ciudad de Besançon también seducirá a los amantes de los parques y jardines. Entre ellos, destacan el jardín botánico, con múltiples especies de plantas, árboles y flores, y el Paseo Micaud, un agradable parque de tres hectáreas situado a orillas del Doubs.