La ciudad de Aix-en-Provence es famosa por su calidad de vida y por el encanto de su ciudad vieja y de su famoso cours Mirabeau. Adornada con hermosos plátanos, la ciudad vieja invita a deambular y descubrir sus agradables placitas, sus numerosos palacios de los siglos XVII y XVIII, sus encantadoras fuentes, sus bonitas tiendas, las terrazas de sus animados cafés y sus mercados de flores, frutas y verduras, impregnados de los colores y los aromas de Provenza.
En la ciudad vieja también se puede descubrir la catedral de Saint-Sauveur con su claustro de los siglos XII y XIII, el ayuntamiento, con su plaza y su torre del Reloj, la plaza de Albertas, tan romántica, y sus museos, como el Museo del Viejo Aix, el museo de Historia Natural o el taller de Paul Cézanne.
Desde la época romana, la ciudad es conocida por sus termas, y hoy en día ofrece curas de hidroterapia. Aix-en-Provence también cuenta con un amplio abanico de acontecimientos como el festival Internacional de Arte Lírico (música barroca y óperas de Mozart), la fiesta del agua o de la Danza de Aix o el festival de danza contemporánea.