¡La abadía de Noirlac, en Bruère-Allichamps (Cher), es una etapa obligada en la ruta de Jacques Coeur! Fundada en el siglo XII en el corazón de Berry, y realzada por el marco natural de bosquecillos a orillas del Cher, constituye un magnífico ejemplo de la arquitectura monástica cisterciense.
Refleja a la perfección el espíritu cisterciense mediante la pureza de su concepción, la simplicidad de sus formas arquitectónicas y la sobriedad de sus adornos. Según las reglas cistercienses, la comunidad de monjes debía estar estrictamente separada de la de los conversos. Es el caso de Noirlac, donde los edificios se organizan en torno al claustro. Al este se encuentra el ala de los monjes con el dormitorio, la sala capitular, el hogar y, al oeste, el edificio de los conversos, más rudimentario. La monumental iglesia abacial y el refectorio dejan entrar la luz natural por los rosetones y los vanos de las vidrieras contemporáneas diseñadas por el artista Jean-Pierre Raynaud.
Desde 2008 cumple la misión de centro cultural de encuentros, presentando una variada programación de espectáculos en vivo y exposiciones de arte contemporáneo.
