El pastel de Saint-Genix, también llamado brioche de Saint-Genix, fue inventado hacia 1880 por Pierre Labully, un pastelero de la pequeña ciudad saboyana de Saint-Genix-sur-Guiers. Se trata de un delicioso brioche redondo relleno de pralinés rojos, con cristales de azúcar y pralinés en la parte superior. Realizado con una pasta de masa madre ligeramente perfumada con la flor del naranjo, el pastel de Saint-Genix se cuece tradicionalmente en unos moldes de madera de tilo llamados coppets. Esponjoso y fundente a más no poder, es ideal para el desayuno, como postre o para merendar, con una taza de té o de café.
En Saint-Genix-sur-Guiers se celebra una fiesta en su honor en el mes de julio.