En la mítica Nationale 7, la ciudad de Montélimar, en el Drôme provenzal, es famosa por su especialidad: el nougat. Su notoriedad aumentó en la década de 1950 debido a los interminables embotellamientos que atravesaban la ciudad en dirección al sur de Francia. Entonces, para amenizar la espera, los viajeros se detenían a probar el nougat.
Sus orígenes franceses datan del siglo XVI con la plantación de los primeros almendros. Pero habrá que esperar al siglo siguiente para que aparezca el primer nougat. Su composición no se ha modificado desde entonces, y esto es lo que explica su sabor único. Se compone de un 30 % de almendras o un 28 % de almendras y un 2 % de pistachos, un 25 % de miel de lavanda, azúcar, claras de huevo a punto de nieve y vainilla natural. Su textura varía en función del tiempo de cocción: nougat blando o duro, usted elige.
El nougat de Montélimar forma parte de los tradicionales 13 postres que se sirven en Provenza en la cena de Nochebuena. Para más información, puede ver cómo se elabora en una de las fábricas de la ciudad. ¡O puede visitar el Palacio de los Caramelos y del Nougat, que hará las delicias de grandes y pequeños!