La miel de lavanda es una especialidad de Provenza, concretamente de la meseta de Valensole, conocida por su sabor cremoso, sutil y delicado al mismo tiempo. Esta miel se recoge a partir de finales del mes de julio, después de la floración de la lavanda. Este delicioso néctar cuenta con dos signos de calidad reconocidos, la Indicación Geográfica Protegida (IGP) "Miel de Provenza" y la “Etiqueta Roja”.