Como su nombre indica, el jamón de Navidad es un plato que se sirve con motivo de las fiestas de fin de año en las Antillas. En el siglo pasado, y por razones de conservación, este jamón llegaba seco y salado a las islas, y se tardaba varios días en desalarlo. En la actualidad, se puede encontrar ya cocido, lo que reduce el tiempo de preparación.
La receta, que varía de una familia a otra, consiste en caramelizar un jamón de cerdo con azúcar de caña y sirope de piña. Antes de espolvorear el jamón con azúcar de caña, echar por encima sirope de piña y cubrirlo con rodajas de piña, se realizan unos cortes en el jamón para introducir en él un relleno a base de cebolla, cebolletas, pimiento y una mezcla de cuatro especias. A continuación, el jamón se hornea durante treinta minutos a 200 °C, y luego durante diez minutos en posición grill. Durante la cocción, se aconseja verter regularmente zumo azucarado sobre el jamón. Apreciado por su combinación dulce-salado, este plato se suele servir como entrante o aperitivo, acompañado de las tradicionales pastas saladas de Navidad, un schrub o un punch coco.