La flamiche, tarta salada de origen flamenco, se transforma en Picardía en una especie de torta de puerros que se encuentra en todos los restaurantes tradicionales de la región.
La flamiche picarda se compone de una pasta hojaldrada o quebrada, la parte blanca de los puerros cortada en rodajas, que se rehoga en mantequilla, nata, huevos y sal. Se suele servir como entrante con una ensalada verde o como plato principal, con patatas salteadas de guarnición. También se suele tomar fría, como aperitivo, con un buen vaso de vino blanco seco.
Existen diferentes variantes de la flamiche, como las que llevan cebollas, endivias o maroilles (muy apreciada en el norte).