El patrimonio ecléctico de la ciudad de Tonnerre, situada en los confines de Champaña y Borgoña tiene diversos atractivos para cautivar al visitante. Se le ha puesto el sobrenombre de "pequeña Venecia borgoñona" por sus grandes atractivos, como el canal de Borgoña, que invita al paseo y a la navegación, y el río Armançon y su presa.
Pero lo más relevante del lugar es el estanque circular de la fosa Dionne, un manantial surgente cuyas aguas turquesa incitan a la ensoñación. Esta fuente misteriosa, que ha alimentado numerosas leyendas a lo largo de los siglos, despierta la curiosidad de todas las generaciones. Instalado más abajo de la iglesia de San Pedro, este sitio con encanto fue transformado en lavadero pintoresco en el siglo XVIII. Dírijase luego a la iglesia gótica y renacentista, a la que podrá acceder subiendo unas escaleras. Colgada en una colina, ofrece desde su terraza una bellísima vista de los tejados del casco antiguo y del verde paisaje circundante.
Etiquetada como Pequeña ciudad con carácter, la localidad que vio nacer al famoso caballero de Éon, diplomático y espía de Luis XV, es un lugar de paseo agradable. Los amantes de la botánica podrán contemplar aquí los jardines del Hospital de Nuestra Señora de Fontenilles, donde coexisten plantas aromáticas y medicinales, flores y árboles frutales. El Hospital está considerado el hospital medieval más largo de Europa y el más antiguo de Borgoña. Fundado en 1293 , ha conservado su extraordinaria sala de enfermos, de 90 metros, y acoge un museo con diversas salas temáticas, entre ellas una reproducción de un quirófano de principios del siglo XX.