Taulignan es una hermosa localidad medieval al sureste de Montélimar, en el Drôme provenzal. Fortificada en el siglo XIV, aún conserva un excepcional patrimonio construido. Los 700 metros de muralla perimetral que rodean el centro histórico son dignos de ser contemplados. Once torres redondas jalonan estas construcciones, dos de las cuales enmarcan la puerta de Anguille, situada frente a la carretera de Nyons.
Una vez atravesadas las murallas, el centro de este pueblo lleno de bonitas calles le mostrará las huellas de su pasado, como la iglesia de San Vicente (siglo XV), edificada sobre las ruinas de un priorato, o las numerosas casas con fachadas renacentistas.
En el siglo XIX Taulignan gozó de gran prosperidad gracias a los molinos de seda. El Taller del Museo de la Seda recrea este período a través de la historia de las obreras, del funcionamiento de las máquinas y de las técnicas utilizadas para fabricar la seda.
Antes de abandonar Taulignan, siéntese a la sombra de los plataneros y tilos y saboree (con moderación) un Côtes du Rhônes Villages, procedente de los viñedos circundantes.