Monolito de cuarzo blanco ubicado en la localidad de Saint-Suliac, en Ille-et-Vilaine, el menhir Dent de Gargantua se eleva a unos cinco metros de altura. El único vestigio visible de la época en la ciudad, una vez estuvo asociado con otro menhir roto llamado la grava Gargantúa.
Catalogado como Monumento Histórico, este megalito en forma de obelisco de cuatro lados toma su nombre de una leyenda. Al regresar de la caza, Gargantúa quiso devorar a su hijo recién nacido, pero este último fue reemplazado por una enorme piedra, rompiéndole un diente al gigante que lo escupió al suelo.