La ciudad medieval de Saint-Benoît-du-Sault, incluida entre los pueblos más bellos de Francia, cuenta con muchos atractivos: el camino de ronda, las murallas, las callejuelas bordeadas de viejas mansiones, la puerta fortificada, el campanario y la iglesia románica. Al lado de esta, se levantan los edificios de un antiguo priorato benedictino.
Desde la terraza de la iglesia, podrá disfrutar de una bonita vista sobre el valle del Portefeuill.