Considerado uno de los más hermosos de Francia, el pueblo de Rodemack en Moselle se encuentra en el corazón del País de las Tres Fronteras, a 20 kilómetros de Alemania y 6 de Luxemburgo.
700 metros de murallas del siglo XV rodean este encantador pueblo medieval, al que se accede a través de la puerta fortificada de Sierck. Rodemack ha logrado preservar y revalorizar una atmósfera característica de la Edad Media gracias a sus típicas calles adoquinadas y su maravilloso patrimonio arquitectónico.
Se puede admirar la Casa de Baillis, construida en 1560; el Pabellón de los Oficiales, edificado sobre los restos del antiguo castillo feudal y nombrado Monumento Histórico; la capilla de Nuestra Señora del siglo XVII; el antiguo lavadero; y la Iglesia de San Nicolás, del siglo XVIII, donde yacen los restos de uno de los últimos señores de Baden, Herman-Fortuné, y de su esposa Marie-Sidonie.
Otro destino que no puede faltar es el magnífico jardín medieval, diseñado según el plan geométrico característico de la época. Está dividido en cuatro partes dedicadas a las plantas medicinales, las plantas condimentarias, las verduras y las flores y plantas ornamentales.