Al sureste del Macizo central, en el Parque Nacional de las Cevenas, se encuentra el monte Lozère, que con sus 1699 metros de altitud constituye la cumbre de Lozère y de las Cevenas. Este territorio granítico, con una flora preservada, es ideal para el senderismo, ya que está surcado por numeroso senderos, y entre ellos, por el GR 70, más conocido por el nombre de camino de Stevenson. Una travesía permite contemplar soberbias panorámicas, no solo de los paisajes del monte Lozère -con sus landas de retamas y brezo, turberas, pastos y caos de granito-, sino también de los relieves circundantes. Así, por ejemplo, desde el puerto de Finiels (1541 metros), se divisan unas preciosas vistas del monte Aigoual y de las causses de los alrededores. De este puerto, muy frecuentado por los ciclistas, parte el sendero pedestre de la Pelouse, un sendero de interpretación del medio natural que llega hasta las proximidades de la cumbre de Finiels. La cima más alta de las Cevenas, presenta una gran meseta con tres mesas de orientación, y cuenta con unas vistas realmente espectaculares.
Para los senderistas aficionados a los monumentos, algunas aldeas, como l'Hôpital (antigua encomienda de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén), Mas Camargues y Bellecoste, merecen una visita. A la salida del centro de información de Mas Camargues, comienza un sendero de observación, formado por tres circuitos de descubrimiento del patrimonio local rural y natural.
En el monte Lozère, las actividades al aire libre prosiguen en invierno, gracias a la existencia de la estación de esquí familiar de Le Bleymard Mont Lozère, donde se puede practicar el esquí alpino, el esquí de fondo, el luge, los paseos en raquetas o en trineos tirados por perros.
Al suroeste del monte Lozère, la Cham des Bondons, con sus más de 150 menhires y 30 túmulos funerarios, es la segunda concentración megalítica de Europa, después de Carnac. Un patrimonio arqueológico por descubrir, siguiendo un sendero llamado "Paseo por el país de los menhires"...
Para conocer más a fondo la historia de este macizo, su geología, su flora, su arquitectura, su historia y sus tradiciones, visite el museo del monte Lozère, situado en la aldea típica de Le Pont-de-Montvert.
Por último, los amantes de la miel no pueden abandonar este maravilloso territorio sin probar los productos de la colmena que ofrecen las mielerías de Cubières, Cubiérettes y Saint-André-Capcèze, al pie del monte Lozère.