El castillo de Montségur, símbolo de la resistencia cátara fue reconstruido a principios del s. XIII, sirvió de refugio a muchos cátaros perseguidos por la Inquisición. Tras un asedio de seis meses fue tomada en marzo de 1244 por el ejército real. La fortaleza fue testigo de la tragedia del "Prat dels Cremats" (Prado de los Quemados), donde 225 cátaros perecieron en la hoguera tras negarse a abjurar de su fe. El museo histórico y arqueológico del pueblo de Montségur evoca la historia del lugar y la de los cátaros por medio de una rica colección de objetos procedentes de las excavaciones efectuadas en el recinto del castillo.
A la fortaleza de Montségur, encaramada sobre un "pog" a 1.207 metros de altura, se puede acceder tras media hora de marcha a pie. Además de sus vestigios medievales, ofrece una magnífica panorámica de la ciudad y de los paisajes que la rodean.