Al sur de Montélimar, La Garde-Adhémar es un pueblo medieval con el encanto típico del Drôme provenzal. Las fachadas de piedra blanca, los pasajes abovedados y las pintorescas callejuelas lo convierten en un lugar de una gran belleza. Encaramado en un espolón rocoso, La Garde-Adhémar posee un recinto fortificado con elevadas murallas perfectamente conservadas, y está considerado uno de los pueblos más bellos de Francia.
En el centro de la localidad, la iglesia de San Miguel, del siglo XII, es característica del arte románico provenzal. La torre octogonal de dos pisos ofrece un conjunto arquitectónico que hará las delicias de los amantes de los monumentos antiguos. Desde la explanada, pueden verse el valle del Ródano y las montañas de Vivarais, que se extienden hasta el horizonte.
Déjese embriagar por los aromas del magnífico jardín de las Hierbas, situado debajo de la iglesia, en el que se mezclan plantas aromáticas y medicinales. Declarado Jardín de interés, ofrece una espléndida panorámica de Tricastin.