La ciudad de Graulhet se encuentra a 30 km de Albi y a menos de una hora de Toulouse.
Una ciudad milenaria, Graulhet nació en un promontorio naturalmente defensivo rodeado de agua: el río Dadou, el arroyo Verdaussou y las marismas del Jordán. En el corazón del Pays de Cocagne, la ciudad prosperó gracias a su pequeño puerto de tránsito de tonos pastel, siendo el pastel occitano considerado el mejor de Europa durante el Renacimiento. En el siglo XIX, se convirtió en la capital mundial del cuero, aunque este saber hacer había sido dominado en Graulhet, desde la época galo-romana.
Ciudad en un entorno rural, encanta por la belleza de sus paisajes, así como por la riqueza de su patrimonio arquitectónico. Su corazón late por el rugby y su vida cultural particularmente intensa, entre festivales, espectáculos, exposiciones y muchas compañías de artistas residentes.
El original castillo fortificado, hoy desaparecido, alrededor del cual se reunieron los primeros habitantes, fue mencionado por primera vez en un pergamino del 961. El barrio de Panessac invita a pasear por sus callejuelas típicamente medievales, donde se puede admirar número de casas con entramado de madera y estructuras con voladizos. Varios edificios medievales de Graulhétois están protegidos como monumentos históricos como el Pont Vieux o la Hostellerie du Lyon d'Or.
Hoy en día existen todavía algunas tiendas de hojalata activas (tratamiento de pieles pequeñas, ovino, caprino...). Podrá visitar y descubrir esta profesión que hizo la riqueza de Graulhet. También podrás descubrir marroquinería especializada en la elaboración de productos de lujo (bolsos, complementos, indumentaria e incluso cueros elásticos...), así como un joyero artesano que aúna joyería y cuero y más concretamente cuero de pescado..
Y por supuesto... gastronomía con sus granjas de pato y foie gras acompañado de vinos Gaillac (para consumir con moderación). Otra especialidad, la leche de burra para el cuidado del cuerpo...