Encaramada en el corazón de un apacible campo verde, a lo largo de un espolón rocoso, la ciudad medieval de Curemonte se ha ganado la etiqueta de pueblo más bonito de Francia gracias a sus casas de piedra, sus iglesias románicas y sus majestuosos castillos. También llamado "pueblo de los tres", le seducirá con sus tres iglesias, tres castillos, tres cruces y tres fuentes; ¡un récord para un pueblo tan pequeño!
Paseando por sus pintorescas callejuelas, no solamente disfrutará de la deliciosa atmósfera del lugar, donde el tiempo parece haberse detenido en la Edad Media, sino que también podrá contemplar las preciosas fachadas de los castillos de San Hilario (siglo XIV), con sus torres cuadradas; de Johannie (siglo XIV), con sus aires de casa solariega; y de Plas (XVI), con sus torres redondas. A un lado de la plaza principal encontrará el mercado de grano de principios del siglo XIX, y al otro, la iglesia de San Bartolomé, rematada por un campanario con tres ventanales. Y, en el interior de la iglesia, no se pierda el notable retablo de madera realizado en 1672.
En lo alto del pueblo hay que hacer una parada en el mirador y contemplar la magnífica vista de los tejados de Curemonte y el paisaje preservado que lo rodea.