Situado en el litoral caribeño de Martinica, a una docena de kilómetros al noroeste de Fort-de-France, el precioso pueblo de pescadores de Case-Pilote es uno de los más antiguos de la isla. Este lugar, tranquilo y agradable, es muy conocido por su bellísima iglesia de estilo jesuita y barroco, que sobresale por ser la más antigua de Martinica. Construida en el siglo XVII, presenta en su frontón una concha de Santiago. Destaca por su estructura en forma de carena de barco, así como por un sorprendente mosaico, que representa el bautismo de Cristo, compuesto con restos de una vajilla que se quemaron en la erupción de la montaña Pelada de 1902. En el cementerio, justo al lado, podrá contemplar la tumba de Victor Sévère. Este político martiniqués, que fue alcalde de Fort-de-France, fue miembro de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial.
Aproveche luego para darse una vuelta y ver la preciosa plaza de Gaston Monnerville, con su bonita fuente, y pasear por la orilla del mar.