Los orígenes de la Braderie de Lille se remontan a la Feria de Lille, que aparece mencionada por primera vez en el siglo XII. Este acontecimiento se celebra todos los años el primer fin de semana de septiembre. Va precedida de una media maratón el sábado por la mañana, comienza oficialmente el sábado a las 2 de la tarde y se desarrolla sin interrupción hasta el domingo a las 11 de la noche. Durante estas 33 horas, 10 000 expositores, y entre ellos 300 anticuarios profesionales, ocupan un centenar de kilómetros de puestos y reciben a más de 3 millones de visitantes que van dispuestos a comprar y vender todo, en uno de los mayores rastros de Europa. Así, la ciudad de Lille se transforma en una inmensa zona peatonal en la que peatones o comerciantes, anticuarios y buscadores de gangas perpetúan una tradición comercial y festiva.
En todos los restaurantes de la ciudad se sirven mejillones con patatas fritas, plato tradicional de la braderie, que suelen ir acompañados de una cerveza local. Todo el mundo participa en un concurso informal que consiste en levantar delante de su establecimiento el mayor montón de conchas vacías. Cada año se consumen 500 toneladas de mejillones y 30 toneladas de patatas fritas. Por tanto, la braderie también es una gran fiesta gastronómica que ofrece un auténtico espectáculo popular.